martes, 15 de septiembre de 2009

La Gran Ciudad (Segunda Parte)

Segunda parte y final de mi último trabajo titulado “La Gran Ciudad”. Esta es la continuación del primer adelanto que publiqué hace un tiempo atrás a través de este mismo medio. Ahora tan solo falta editar algunos detalles para entregar pronto la versión final de este “Inventario de historias” , que podrá ser descargada directamente desde este Blog.



La Enseñanza

Ser feliz con poco, conformarse con mucho,
Intentar comprender al pobre
de alma, espíritu, visión y reflexión,
No apresurar los pasos hacia lo que ya parece cercano,
Cultivar y disfrutar en el silencio
la vida, la simpleza, los arreboles por venir,
Despertar cada mañana para levantarse a soñar y explorar
dejando siempre un pie en tierra,
sin soltarle jamás la mano a la realidad de turno
que a veces se escapa o nos consume en sus avatares,
No sentir nunca que es un sacrificio
lo que estas entregando de tu ser por cumplir tus anhelos,
Dudar en cada reflexión para cambiar o reafirmar,
Vencer cada miedo que guardas en tus limitaciones
hasta superarlos para convertirlos en tu propia valentía y sabiduría,
Escribir cada día una carta a tu propia alma.

Carta Abierta

Carta abierta,
A todo aquel que aún guarda la esperanza,
A todo aquel que hoy camina libre dentro de sí
sin perder nunca la huella de sus pasos,
Al que aun canta inocente, sin carga
cada mañana por las calles nerviosas
lustradas con sueños sin cumplir,
amordazadas por tantas promesas
que han huido junto a ideales ya rendidos.

Carta abierta a ti que aun mantienes encendido
el fuego inagotable de la antorcha que te guía,
A ti que aún madrugas sin ver nunca salir el sol,
A ti que aun no pierdes la lucha, aun no abandonas
lo que has escrito con el esfuerzo que no valoras,
Carta abierta a ti que aun llevas la vida dentro
Y no desde afuera, desde las veredas calcinas por tanta mentira,
A ti que aun esperas.

Escribo de no poder

Escribo de no poder escribir,
De sentirme agobiado entre las letras esquivas,
De no sentir frotar por mis manos el alma de los versos
que hoy he de borrar.

Escribo de sentirme atorado con palabras
pocos claras, enredadas en sombras y confusión
que se aloja en mí pensar repentino y acelerado,
Escribo sin vida, tan solo por lanzar incoherencias al viento,
Por sentir la tinta del rapsoda en mis relatos,
Por intentar rozar el nombre deshilado de poeta,
Por recuperar el silencio que aun no encuentro,
Para quitar las emociones de mi voz aturdida
entre tanta banalidad y ciudad traicionera,
Escribo para ver florecer, para escuchar tu voz olvidada,
Para recordar que en mi aún viven sueños,
Para vencer los recados que el tiempo ha dejado sobre mí,
Escribo porque aún existo,
Porque en mi ser siento escrita la verdad.

El Olvido

¿Cuántos recuerdos guarda el olvido?,
Almacenados en blanco, tapizados sin memoria,
Cuantos relatos inciertos, promesas sin cumplir,
Respuestas sin escribir, cartas embotelladas sin mar ni papel,
Cuantos sueños escritos sobre piel ya olvidada
que hoy aún quieren regresar,
Cuantas esquinas sin doblar camino del ocaso,
Vasos vacios, noches cansadas y ojos sin cerrar,
Cuanta artesanía de palabras escrita pensando en ti,
dibujada en rincones que no alumbraras,
Cuantas miradas desechas por tus caminatas
testigas de tan poca imaginación,
Tanto temor encendido por la misma llama que se apaga
En no creer la verdad que te habla tu propia alma,
Tantas dudas, que no te han dejado hablar
Acabando la espera que cargué,
Esquivando momentos perdidos convenciendo al viento
De que algún día olvidaremos.

Todo pasado sin un presente no fue un tiempo mejor…

El mañana

Para mí el mañana murió ayer,
junto con tus palabras sin mentiras ni verdades,
en medio de la noche que nos habló sin dar pie atrás
a la nostalgia cansada de existir en nuestros recuerdos.

Los sueños se han cansado de ser alimentados
con las pobres migajas de la esperanza
que ya no alberga lo eterno de nuestras promesas,
ni la luz brillando al final del sendero
ya calcinado en nuestro nombre.

Ya no existirá ni el viento melancólico de otoño
para hablar de nuestros momentos iluminados de verano floreciendo
destinados a desvanecerse en el silencio de las calles silenciosas,
Han sido lanzados lejos por los temores y la indecisión de tu alma
que han vencido sin lucha.

No hablará el pasado, ni las horas sobre tu pecho imaginando
escribir la historia que nunca pareció llegar,
pensando que ya no existe tu mirar a medio esconder,
ocultando la verdad que aún quisiera ver
reflejada en mis ojos que ya no encontraron los tuyos,
Para mí ayer murió el mañana.

Detente Ciudad

No me limites ciudad sin sorpresas,
No me hagas parte del paisaje
desbordado de tus calles vacías de lleno,
de tus pocas excusas entre tanta falacia.

No dibujes en mi frente
La marca que mi mirada ya carga,
Escribe verso tras silencio
la huella clara de mi andar fractal,
No me hagas perpetuar la costumbre
de actos repetidos que asesinan el asombro,
No me obligues a eternizar
en tu mentira de tantos años
que hoy asumes como verdad
olvidando tu propio firmamento,
No intentes apagar la sana locura de creer
por la ausencia de luz,
No ciudad, no me contagies
con habladurías de puñales sin filo,
Detente justo frente a mí.

Hombre y ciudad

El hombre teme hoy por el mañana basándose en el ayer,
Vive en el tiempo sin conocer su propio andar,
Escucha el pasado sin desearlo cada noche,
Dibuja en vano mil caminos nuevos
que no ha de tomar.

Camina mal herido entre las calles,
siempre regresando a la misma vereda
que aloja los sueños y pasos cansados
de aquellos que no han logrado ver
la vida desde en frente.

Tanotofobico va cantando con miedo a la nada,
sin saber escribir lo que se abre más allá del espíritu,
Limitado por su propio convencimiento,
por el relato que se cuenta a sí mismo.

Costumbres, conceptos, errores y aciertos
ya se han convertido a la misma creencia,
sin lograr ponerse de acuerdo
Para arrodillarse en su oratoria.

Untitled

Prohibido ha quedado amar,
Escribir cartas sin final posible,
Enviar recados rumbo al pasado
buscando tú nombre caminando solitario
en calles adornadas de historias
de frio semblante otoñal.

¿Prohibida?, esta la incertidumbre que alberga tu piel,
tus caricias y la verdad tras tu silencio
de miradas esquivas sin ilusión,
¿Ha de ser todo esto verdad?,
¿Existirás más allá de los latidos de mi alma?
¿De los suspiros esclavizados a tu olor?,
¿De mi mirada obstinada en solo ver lo que ha de brillar en ti?,
¿Serás realmente el alba iluminando cada día?,
¿O serás la confusión, lo que no he de escribir,
Lo que aún reside en silencio entre las paredes de mis sueños,
Lo que mece cada día a mi ser?.


Escribo tu olor encendido de sensaciones,
lo siento enredado a mi alma,
Anudo tu sonrisa a mi silencio
para expresarla con los suspiros de mi ser,
Pierdo las palabras, escucho tu voz
que me ha acompañado desde el ayer,
He logrado al fin verte
al pasar más que el tiempo,
He caminado ya más lento,
Has devuelto la luz que no conocía.

¿Dónde habías estado?,
que no habías llamado a mi puerta sorda
siempre abierta a ti, a tus andares,
A tus historias repentinas de tarde de sábado,
A noches solitarias que pasamos juntos
evadiendo la distancia irreal, abrazados a almohadas
que vestían nuestro propio nombre en el cuerpo.

Las letras se escapan desveladas
entre la figura esquiva de tu silueta
y tú mirar que hoy alberga
esa luz que siempre quise ver en ti.

Alma y polvo

Ha dicho que la noche despierta en sus soledades
tragando la niebla que no porta en su andar,
Me ha escrito diciendo que recuerda tanto,
Que no olvida lo que han dejado atrás,
tantos hijos de lo equivocado,
tantos soles echando a correr
sin entender lo dicho, sin escuchar
que lo leído en versos no es más que el momento
encerrado bajo las letras
cubiertas de la melancolía de cuerpo frágil,
que recita uno a uno lo que respira sobre el alma,
Así habló el polvo, las calles, las bocinas, la ciudad.

Amo los caminos, las peripecias sin sendero,
los que no he de tomar, los que llamare míos,
los que llevaron marcas de pasos con mi nombre,
Canto a los recuerdos sin borrar, a lo dicho,
a lo que habrá de ser mi historia, nuestra historia,
a lo que hoy alimenta la llama de mi alma,
Pídeme lo que no ha sido, lo que para mañana sea tarde,
lo que pueda sonreír hoy entre tu mirada,
lo que solo exista en nuestro susurro.

La Pintana

Azul y roja es la consigna
que se adscribe en cada poste
anclado a la tierra por el polvo atemorizado
que mueve su rastro vano
entre el ardor de los pasajes habitados
por la espera de los que habrán de regresar.

Las sonrisas se abren al encuentro
del hermano, del cargado, del que vive entre ellos,
con el que comparten sus calles que refugian
miradas de incierta intención
y a los que vigilan el exilio de aquellos pasos.

La esperanza habita cada rincón
de sus madrugadas escritas
con el esfuerzo inconsciente
de la costumbre, de lo impuesto, de lo asumido,
de lo que vive en encendido
entre sus deseos y recuerdos.

Santiago contigo

Son tus pasos a mi lado esta vez,
los que guían la melodía de las letras,
Tus manos en las mías y sol que ilumina
cada sonrisa andante entre la alborada
que han creado nuestros pasos sin tiempo,
hilados en recuerdos, sueños y futuro.

La gran ciudad no puede esconder
entre la oscuridad de sus calles
el brillo que irradia silencioso
la luz de nuestros suspiros
que se atan en dos palabras
y una mirada.

Mientras todo se mueve y pasa,
el momento se detiene sobre nosotros
y escribe en nuestra piel
otra historia por contar a nuestra alma,
otra alegría por vivir, otro motivo para pensar,
qué hermoso es Santiago contigo.

Mientras tanto

Mientras tanto, mientras espero,
Mientras la ciudad pasa sobre mí
sin tocarme, sin encenderme
en su fuego de dudas sin preguntar
lo que ha de cuestionar.

Mientras tanto, mientras escucho
lo que no ha de ser mío,
lo que deslizará sin entrar en mis palabras,
sin ser parte del porvenir
que fundirá mis letras
entre nuevas incertidumbres.

Mientras tanto, mientras no soy, ni estoy,
Mientras permanezco en reposo
a la espera de volver al placido
momento de estar esperando en casa
el ocaso de la lluvia, el vuelo de los pájaros,
el sentir el olor de tanta historia
que sobrevive sobre la mesa,
que ha de reunirnos una vez más.

Más acá

¿Será qué lo que busco
Sin claridad no está más allá?,
Lejos de lo imaginable,
Tomado de manos de lo complejo,
Inserto en un mar de suposiciones previas,
Sino que quizás esté más acá,
Más cerca de mi propia alma,
De lo simple y su propia expresión,
Tal vez más atrás aún,
Antes de lo obvio,
De lo que se ha convertido
poco a poco en la realidad
que alimentamos y nos sustenta
con nuestras propias costumbres y creencias,
que van intentando trazar
una línea en este inmenso circulo fractal,
He pensando que un lado es otro y viceversa nuevamente,
que el al revés está equivocado
y podría ser lo contrario,
Que el todo compone y descompone junto a la nada,
Que los límites no son más que el reflejo del otro,
Hay tanto por dudar…

Inventario de historias

Se han escrito las historias,
Inversas, reversas,
Esquivas y frontales,
Hablan de todo y de nada,
De lo que esconde
y ofrece esta ciudad
de gris resplandor matutino,
De lo que guarda mi alma
encerrada bajo ilusiones de cemento,
lejos del viento libre del atardecer
desatado en las calles otoñales de frías enseñanzas,
Distante de los que siento míos,
de los que refugian mis recuerdos
en cada noche silenciosa y solitaria,
cobijada por la nostalgia de cada crepúsculo
que ahonda en lo profundo del sentir,
en lo que reposa consciente dentro
de mis intentos por comprender
lo que para mis limitantes
resulta neciamente imposible,
Lo que mis veros harán
por despertar lo indefinido.